Pelayo ?- Cangas de Onis - 737

Fue el primer monarca del reino de Asturias, que rigió hasta su muerte. Su origen es controvertido, aunque se le atribuyen los orígenes más variados. La Crónica Albeldense le hace un noble godo («XV. ITEM ORDO GOTORUM OBETENSIUM REGUM. 1. Primum in Asturias Pelagius rg. in Canicas an. XVIIII. Iste, ut supra diximus, a Uittizzanc rege de Toleto expulsus Asturias ingressus). El testamento de Alfonso III, del año 869, en que el rey Magno dona al presbítero Sisnando la iglesia de Santa María de Tenciana (Tiñana, Siero) que su tío Alfonso el Casto había ganado de las propiedades pertenecientes a su bisabuelo Pelayo, vincula territorialmente a Pelayo con el área central de Asturias, aunque sin aportar datos sobre su lugar de origen. Frenó la expansión de los musulmanes hacia el norte, comenzó la Reconquista y se le ha considerado tradicionalmente como el fundador del reino de Asturias, aunque recientes investigaciones arqueológicas sugieren que podría haberlo hecho sobre una organización política local previa.

Favila (o Fáfila) de Asturias (? - 739)

Fue el 2º monarca de Asturias sucediendo a su padre Don Pelayo en el trono asturiano. Tomó el nombre de su abuelo, el padre de Don Pelayo, el duque Favila.

Gobernó desde 737 a 739 y murió prematuramente debido, según la leyenda, a un enfrentamiento con un oso. Es posible que la muerte de rey Favila fuese un asesinato político, como hubo otros en este reino más adelante. También se baraja que la lucha con el oso fuera una especie de rito de virilidad, una de las pruebas de valor normalmente exigidas a la nobleza de la época.

La elección de sucesor recayó en el que reinaría como Alfonso I el Católico, casado con Ermesinda o Hermenesinda, hermana de Favila, hija del rey Don Pelayo y de la reina Gaudiosa. Situación semejante se produciría con la caída de la dinastía Astur-Leonesa, con la desaparición del último rey de ésta, Bermudo III, sustituída por la dinastía Jimena de Navarra, por derecho filial hereditario a través de matrimonio con la hermana del fallecido monarca.

Favila fue enterrado por su esposa Froiluba en Cangas de Onís, capital del reino. Tuvo hijos, atestiguado por la inscripción de la fundación de la iglesia de la Santa Cruz de Cangas del año 737, pero ninguno de ellos le sucedió en el reino asturiano. Se sabe de una hija llamada Favinia, que casó con el Duque Luitfred III de Suevena.

La citada iglesia, construída gobernando Favila, presenta la singularidad de haberlo sido sobre un dolmen preexistente. Para ello se creó una pequeña colina que eleva la capilla sobre el terreno circundante. El dolmen fue respetado, quedando cubierto en la cripta de la capilla.

 

Alfonso I el Católico de Asturias

Rey de Asturias desde el año 739 al 757

Sucedió a Favila y fue sucedido por su hijo Fruela.

Nació en el año 693. Era yerno del caudillo Don Pelayo, ya que estaba casado con su hija Ermesinda, e hijo de Pedro, Duque de Cantabria; y según crónicas posteriores de dudosa credibilidad, descendiente del rey hispano visigodo Recaredo.

Con Alfonso I se intensifica la labor de Reconquista, aprovechando las luchas internas de los árabes. Aprovechando que los bereberes habían abandonado la zona noroeste de la península, se anexionó Galicia y el norte de Portugal en el 740. También conquistó León en el 754, e incluso llegó hasta La Rioja, pero no se pudo repoblar. Contó con la importante colaboración de su hermano Fruela, que capitaneó muchas de las campañas militares de su reinado.

En estas campañas de reconquista las ciudades y pueblos quedaban vacíos, tras matar a todos los musulmanes que hallaban en ellos y llevar a sus habitantes cristianos hacia las tierras más seguras del norte.

Este modo de actuar trajo consigo dos consecuencias de gran repercusión para el futuro, tanto desde el punto de vista demográfico como cultural, en todo el territorio:

La creación del llamado «Desierto del Duero»: El área comprendida entre el río Duero y la Cordillera Cantábrica quedó prácticamente despoblada. Según Herculano, para dificultar así los futuros avances de tropas musulmanas hacia el norte, aunque otros historiadores consideran que esta despoblación no fue realizada conscientemente. La repoblación de parte de estas tierras comenzará a producirse 100 años más tarde, con gentes del propio reino y mozárabes venidos de reinos musulmanes.

El incremento de población que experimentaron las tierras de la vertiente norte de la Cordillera, Cantabria y Asturias, con la gente traída de la Meseta Central, provocó la necesaria roturación de nuevas tierras y la fundación de nuevos pueblos y aldeas, configurando el tipo de poblamiento que ha llegado hasta nuestros días.

La incorporación por Alfonso I de gentes procedentes de los Campos Góticos, que conservaban cierta tradición guerrera, bastante perdida por la población hispano-romana, si se exceptúa a los pobladores de norte, menos inculturados en el mundo romano, dio impulso a la reconquista y permitió reforzar la zona sur del reino más expuesto a las incursiones enemigas.

 

Fruela I de Asturias (722 - Cangas de Onís 768)

Rey de Asturias. Reinó con el nombre de Fruela I entre 757 y 768, sucediendo a su padre Alfonso I el Católico. Se casó con la alavesa Munia. Llamado “El Cruel” por su férrea disciplina, fue depuesto por su propia gente. Al comienzo de su reinado se enfrentó a un ejército enviado por Abderramán I, emir de Córdoba, en Pontucio (Galicia). En esta batalla se tomó prisionero a Ahumar, hijo de Abderramán, que fue degollado.

Repobló Galicia hasta el río Miño, el cual marco la frontera suroccidental de su reino.

Tuvo que reprimir duramente una rebelión de los vascones de Álava contra su autoridad. Tomó algunos rehenes, entre ellos a una noble llamada Munia, que sería su esposa. Poco después tuvo que reprimir otra rebelión de los nobles gallegos en el año 766.

Reformó el clero de su reino, prohibiendo el casamiento a los clérigos e incluso obligando a dejar la esposa a los casados, lo que le granjeó la enemistad de gran parte de este estamento.

Fruela fundó diversos monasterios de la Orden de San Benito, entre ellos el de San Vicente de Oviedo, que fue origen de la ciudad de Oviedo; donde está enterrado junto a su esposa. El Cartulario de San Millán de la Cogolla recoge la constitución, otorgada por Fruela el 24 de abril de 759, de un convento femenino de 28 monjas con su presbítero en San Miguel de Pedroso (Burgos), en la frontera este del reino, donde un fuerte núcleo visigodo-cristiano resistió a la invasión árabe al amparo de los Montes de Ayago y la Sierra de la Demanda.

Viendo que su hermano Vimarano ganaba las simpatías de la aristocracia lo mató personalmente, acusándolo de encabezar una conspiración para destronarlo. Esto le concitó la enemistad de la nobleza, que se confabuló para asesinarlo en la corte de Cangas de Onís. Una vez asesinado Fruela, resultó elegido como sucesor al trono su primo Aurelio, hijo de Fruela Peréz.

Los hijos de Fruela fueron Alfonso, que sería el noveno rey de Asturias (Alfonso II el Casto), y Jimena. Su madre Munia, temiendo por sus vidas, los envió al Monasterio de Samos (Lugo), que había sido fundado por su marido.

Aurelio I de Asturias 

(c. 740 - San Martín del Rey Aurelio, 774) 

 

Fue rey de Asturias del 768 al 774. Era hijo de Fruela de Cantabria, hermano del rey Alfonso I el Católico.

Fue escogido por la nobleza asturiana para suceder a su primo hermano Fruela I, quien había sido asesinado en una revuelta palaciega.

El único hecho que narran las crónicas de su reinado es la noticia de los primeros movimientos sociales de contestación antiseñorial de la Edad Media peninsular. Los siervos se levantaron contra sus señores, pero fueron sometidos por Aurelio. La localización de esta rebelión no se conoce, pero sí está claro que debió de tener gran importancia. Según la costumbre, se cree que negoció con árabes la paz a cambio de una serie de doncellas, que habría dado origen al topónimo de la localidad de El Entrego.

Falleció por enfermedad tras unos seis ó siete años de reinado en San Martín del Rey Aurelio (municipio que entonces formaba parte de Langreo), donde al parecer tenía su principal residencia, y por tanto capitalidad del Reino de Asturias. Fue coronado en la actual Sama de Langreo. Su sepulcro está en la iglesia llamada entonces de San Martín Obispo, cerca de donde tendría su palacio, en Sotrondio (San Martín del Rey Aurelio). Las crónicas de la época no cuentan si el rey Aurelio tuvo mujer o hijos. Lo sucedió Silo al casarse con su prima Adosinda, otra hija de Alfonso I.

Silo (o Silón) de Asturias (? - Pravia, 783)

Fue el 6º rey de Asturias (774 - 783). Sucedió en el trono al rey Aurelio. Accedió al trono al estar casado con Adosinda, hija del rey Alfonso I el Católico. Trasladó la capital del reino de Cangas de Onís a Pravia. Fue coetáneo de Abd-al-Rahman o Abderramán I, emir Omeya de Córdoba y de Carlomagno rey de los francos.

El acceso en el trono era, en aquel momento, electivo como lo había sido en el reino visigodo, pero no obstante restringido a las familias reinantes, pasando de padres a hijos preferentemente, y si no fuese posible, al marido de la hija del rey, como en el caso de Alfonso I y el de Silo, o bien a otro varón de las familias reales en condiciones de gobernar.

No obstante es un asunto muy discutido y hay diversas teorías: elección de tipo visigodo, la indigenista de sucesión matrilineal y la hereditaria dentro del linaje real explicada anteriormente. El caso del acceso al trono de Silo es de los más discutidos y justificados en cada una de estas teorías.

Vivió en paz con los musulmanes, según la Cronica Albeldense, ob causam matris, por causa de su madre, que puede significar o bien que su madre era musulmana con algún tipo de ascendente sobre Abd-al-Rahman I o bien que su madre fuera enviada a Córdoba en calidad de rehén, pero realmente es una frase muy oscura sobre la que no hay una explicación verosímil.

Puede explicar la inactividad musulmana respecto al reino de Asturias el que el reinado de Silo coincidiera con la intervención de Carlomagno en España en 778, en la que no pudo mantener el asedio a la ciudad de Zaragoza y se tuvo que retirar por Roncesvalles, sufriendo allí una gran derrota, y la subsiguiente campaña de Abd-al-Rahman I en 781 al valle del Ebro en venganza contra los que habían propiciado la invasión franca.

Sin embargo en el interior se produce la segunda rebelión de Galicia, después de la que hubo en tiempos de Fruela I, sin que las crónicas aclaren los motivos y protagonistas de la misma. Los rebeldes reunieron un ejército que se enfrentó a las tropas de Silo en Monte Cubeiro (Lugo) donde fueron derrotados y la rebelión sofocada.

Durante el reinado de Silo se produjo el documento escrito medieval más antiguo que se conoce de la Península Ibérica: es el Diploma del rey Silo, en el que el 23 de agosto de 775 dicho rey dona a varios religiosos ciertas propiedades en el lugar llamado Tabulata hoy Trabada, aldea de la romana "Lucis" (Lugo). Un documento contractual de donación "pro anima", se estudia en la carrera diplomática.

Al acceder Silo al trono trasladó la capital de Cangas de Onís a Pravia, ya que formaba parte de la aristocracia local y tenía tierras en esos territorios. Además, el traslado de la corte obedecía a motivos estratégicos, ya que Pravia, antiguo asentamiento romano, estaba en el fondo del Valle del Nalón y al lado de una vía romana terminal de Asturica Augusta. Por último, al haberse ampliado el reino hasta Galicia, Cangas de Onís quedaba en un lugar demasiado excéntrico.

Al no tener descendencia, Silo y Adosinda favorecieron a Alfonso, hijo de Fruela I y por tanto sobrino de Adosinda (el futuro Alfonso II el Casto), nombrándolo gobernador del Palatium siendo aun muy joven. Al fallecer Silo en Pravia en 783, Adosinda consiguió hacerle elegir rey, pero una revuelta dio el trono a su tío Mauregato, el hijo natural de Alfonso I habido con una sierva de origen musulmán.

Su tumba, y la de su esposa Adosinda, se encuentran en el interior de la iglesia de San Juan (Santianes de Pravia) de estilo prerrománico asturiano ubicada en la localidad de Santianes (Pravia) (Asturias).

 

Mauregato de Asturias (? - 789)

Rey de Asturias entre los años 783 y 789. Era hijo natural de Alfonso I el Católico con la concubina y sierva Sisalda.

Al morir el rey Silo fue elegido como rey el hijo de Fruela I, el joven Alfonso II, a instancias de la reina Adosinda, esposa de Silo. Pero Mauregato organizó una fuerte oposición, obligando al nuevo rey a retirarse hacia tierras alavesas. Tras ello, Mauregato se apropió del poder en Asturias, proclamándose rey.

A Mauregato se le atribuye el llamado Tributo de las cien Doncellas. Según la leyenda, el rey habría pactado la paz con el emir de Córdoba, Abderramán I, a cambio de dar un tributo anual de cien doncellas cristianas.

Un hecho sobresaliente del reinado de Mauregato fue la disputa ocasionada por la doctrina herética adopcionista, en la que intervinieron Carlomagno, el obispo de Toledo, Elipando, y el monje Beato de Liébana.

Bermudo I (o Vermudo I) de Asturias, el Diácono (789 al 791)

Era hijo de Fruela Pérez (un hermano de Alfonso I el Católico), nieto del duque Pedro de Cantabria y hermano del rey Aurelio.

Durante su reinado el reino sufrió incursiones musulmanas en Álava y Galicia. Tras ser derrotado varias veces por tropas andalusíes de Hisham I en la batalla del río Burbia, en El Bierzo, abdicó y regresó a su antiguo estado clerical (791). Murió en una fecha cercana o posterior al año 797.

Se casó con Numila, quien en las crónicas de Rodrigo de Toledo y Lucas de Tuy es llamada Imilo o Nunilo, pero que en su epitafio es nombrada Ozenda (Ursinda). Era hija de Flavio Ataúlfo, magnate gallego nieto del rey godo Witiza. Su hijo fue Ramiro. Éste, más adelante, obtendría también la corona (842) tras el reinado de Alfonso II, que fue quien sucedió a Bermudo I.

Pasó a la historia como un rey generoso, magnánimo e ilustrado.

Alfonso II de Asturias el Casto (c.760 - 842)

Rey de Asturias en dos momentos: primero, en el año 783, y después, entre los años 791 y 842.

Era hijo de Fruela I y Munia. Nació en Oviedo hacia el año 760. Al morir su padre quedó al cargo de su tía Adosinda, esposa del rey Silo; aunque hay una tradición que dice que fue llevado al monasterio de Samos, en Galicia. Durante el reinado de Silo desempeñó el gobierno del Palacio. A la muerte de éste es elegido como rey gracias al apoyo de su tía Adosinda y de los magnates de la corte, pero su tío Mauregato organizó una fuerte oposición y consiguió deponer a Alfonso, que buscó refugio en Álava entre sus parientes maternos.

Cuando Bermudo I renuncia al trono debido a su derrota en la batalla de Burbia, Alfonso regresa a Asturias y es proclamado rey el 14 de septiembre de 791.

Ramiro I de Asturias (c. 790 1 de febrero de 850)

Fue el 10º rey de Asturias (842850). Hijo de Bermudo I el Diácono y sucesor en el trono de Alfonso II el Casto. Fue coetáneo de Abd-al-Rahman o Abderramán II, emir omeya de Córdoba.

Fue probablemente elegido por Alfonso II el Casto como sucesor suyo al no tener descendencia. En el momento de la muerte del rey, Ramiro I se encontraba fuera de Asturias, concretamente en Bardulia, en tierras que luego serían castellanas, para casarse. Esta ausencia fue aprovechada por el comes palatiiy cuñado del rey, Nepociano, para hacerse ungir rey, apoyado por astures y vascones, de tradicional fidelidad al Rey Casto. Ramiro I hubo de buscar apoyo en Galicia, donde reunió un ejército y avanzó hacia Oviedo. Nepociano esperó a Ramiro I en Cornellana, sobre el río Narcea. No obstante las tropas de Nepociano se negaron a luchar, y éste tuvo que huir. Fue perseguido, capturado por los condes Scipion y Sonna, cegado y encerrado en un convento.

Al poco de sentarse en el trono llegaron noticias de los piratas normandos que estaban depredando toda la costa atlántica de Francia y que ahora llegaban a las costas cantábricas de su reino. Los normandos buscaban ríos navegables y ciudades grandes que asaltar y obtener gran botín, cosas esas que faltaban en Asturias, por ello las crónicas sólo reflejan dos pequeños ataques en Gijón y La Coruña en 844, donde además se las tuvieron que ver con las tropas enviadas por Ramiro I. Estos mismos normandos que tan poco éxito habían tenido en Asturias, atacaron un mes después Lisboa y más tarde Cádiz y Sevilla, ciudades que tomaron y saquearon antes de avanzar por el interior y amenazar Córdoba. Abd-al-Rahman II se vio obligado a un gran esfuerzo para rechazarlos y recuperar Cádiz y Sevilla.

Estos hechos tuvieron una gran influencia en Asturias, ya que Abd-al-Rahman II, teniendo además que hacer frente a sus propios problemas internos causados por las rebeliones de Musa-ibn-Musa de la familia de los Banu-Qasi, no pudo pensar en atacarla y Ramiro I pudo disfrutar de unos años de paz exterior que aprovechó para repoblar León.

No obstante, duró poco el intento. Abd-al-Rahman II, una vez sofocadas invasiones y rebeliones, envió en 846 un ejército a las órdenes de su hijo Muhammad y obligó a los cristianos a evacuar la ciudad.

En contraposición a la relativa calma exterior, los problemas internos se multiplicaron. La problemática accesión al trono hizo que las rebeliones de nobles descontentos fuesen más habituales. La Crónica Albeldense recoge dos: del procer Piniolo y del comes palatii Aldroito. En ambas el Ramiro I reaccionó con dureza condenando a muerte al primero, junto con sus siete hijos, y cegando al segundo.

Asimismo se empleó con dureza contra ladrones, cuyo numero aumentó mucho durante este reinado lleno de rebeliones internas, y magos, seguidores de cultos todavía paganos muy enraizados en las poblaciones autóctonas y aisladas.

Todo ello hizo que la Crónica Albeldense le definiese como Uirga iustitiae, Vara de la Justicia.

En su palacio de Santa María del Naranco falleció Ramiro I en 850. Fue enterrado en Oviedo en el Panteón de Reyes, que en su día estaba en la basílica de Santa María y hoy día en la capilla del Nuestra Señora del Rey Casto de la Catedral de Oviedo, construida en el lugar de la primera en el siglo XVIII.

Fue sucedido en el trono por su hijo OrdoñoI empezando a afianzarse a partir entonces el sistema de sucesión patrilineal dentro de su propia familia, aunque no siempre de padres a hijos, cosa que no se generalizó hasta un siglo más tarde, frente al más o menos electivo dentro de las dos familias reinantes que había regido hasta entonces.

 

Ordoño I de Asturias (Oviedo, 821 - íb., 866)

Rey de Asturias desde el 2 de febrero de 850 hasta el 27 de mayo de 866.

Pasó los primeros años de su vida en Oviedo, en la corte de Alfonso II, y fue probablemente asociado al trono en su juventud. A la edad de nueve años se trasladó a Galicia con su familia, región de la que su padre había sido nombrado gobernador. Completó su educación en Lugo, donde residía, y allí mismo inició su formación militar.

Fue nombrado gobernador provisional de Galicia mientras su padre, Ramiro I, acudía a las Bardulias para contraer matrimonio con Paterna, que sería su segunda esposa. Durante dicho viaje, la vida de Ordoño cambió radicalmente, puesto que durante el mismo falleció Alfonso II. Todo parecía indicar que Ramiro sería proclamado rey de inmediato, pero Nepociano, un noble que contaba con numerosos apoyos, se hizo proclamar rey de Asturias, hecho que favoreció la ausencia de Ramiro.

Ordoño colaboró entonces en las tareas de organización del ejército que su padre quería utilizar contra Nepociano, aunque no luchó, puesto que quedó en Galicia como gobernador, todavía provisional. Tras el ascenso de Ramiro al trono, quedó confirmado en dicho puesto.

Poco después, a la edad de 26 años (en el 847), contrajo matrimonio con una noble llamada Doña Munia o Nuña, probablemente hermana de Íñigo Arista, Rey de Pamplona. De esta unión nacieron al menos seis hijos, de cuales el primogénito fue Alfonso III el Magno. También fue su hija Doña Palla, que estableció su corte en Peñaullán, Concejo de Pravia, sobre los antiguos restos de un Castro, conocido en la actualidad como el Castro de Doña Palla.

Sucedió a su padre Ramiro I a su muerte, acaecida el día 1 de enero del 850. De esta forma se convirtió en el primer rey de Asturias en acceder al trono por herencia, no por elección de la nobleza. Poco después tuvo que hacer frente a una sublevación de los vascones, apoyados probablemente por los Banu Qasi de Zaragoza. Tras sofocar la rebelión, y mientras regresaba a Oviedo, tuvo noticias de que los musulmanes tenían intención de atacar las Vardulias. Ante esto se dirigió a su encuentro y les venció en las orillas del Ebro.

Ambas victorias no mejoraron mucho su tranquilidad, puesto que tras esto, el gobernador de Zaragoza, Musa ibn Musa, decidió fortificar la ciudad de Albaida (la actual Albelda de Iregua). Ante el peligro que esto suponía para sus intereses, asedió y posteriormente arrasó la ciudad.

En cuanto a sus relaciones con Al-Ándalus, apoyó a los mozárabes sublevados contra la autoridad del emir de Córdoba, acción que le valió la derrota de Batalla de Guadalacete (854).

Este fracaso le obligó a consolidarse en la zona comprendida entre el Duero y la Cordillera Cantábrica, repoblando y amurallando las ciudades de León, Astorga, Amaya y Tuy, convirtiéndolas en la defensa del reino.

Intentó avanzar en la reconquista a expensas del señor árabe de Tudela, consiguiendo controlar los accesos a Navarra y a las tierras de los vascones. El gobernante musulmán de Córdoba reaccionó mandando una fuerte expedición al valle de Miranda y Álava, que fue arrasada, donde el primer conde castellano Rodrigo fue completamente derrotado en la Batalla de la Morcuera. Esto frenó la reconquista por unos años.

 

Alfonso III de Asturias, el Magno (c. 848-Zamora, 20 de diciembre de 910)

Fue rey de Asturias desde 866 hasta poco antes de su muerte.

Hijo y sucesor de Ordoño I de Asturias y su esposa Munia, Alfonso III fue el último rey asturiano, o el primero de León, ya que en esta ciudad residió largas temporadas, y allí tenía su Consejo de Gobierno y Tribunal de Justicia.

Desde su ascenso al poder hubo de hacer frente a una serie de problemas internos: revueltas nobiliarias, conatos de rebelión en la propia dinastía, como el caso del infante Vermudo el Ciego. Llevó a cabo una fuerte actividad repobladora, acogiendo a una importante inmigración mozárabe, y consolidó el Duero como frontera meridional del reino, en torno a las plazas fuertes de Toro y Zamora. Luchó enérgicamente contra los musulmanes, a los que derrotó en Polvoraria. Rechazó la yihad del rebelde omeya Ibn al-Qitt y pactó con Ibn Marwan al-Yalliqi, valí de Mérida.

Casó con Jimena Garcés (866-910), cuya estirpe todavía se discute, aunque probablemente era hija del rey García de Pamplona. De este matrimonio nacieron los tres primeros reyes propiamente leoneses, García, Ordoño y Fruela, que ya en vida de su padre gobernaron respectivamente la frontera centro-oriental (la futura Castilla), Galicia y Portugal, y Asturias.

Sus últimos años de reinado son oscuros. Por motivos desconocidos, García trató de derrocarlo, lo que logró finalmente con el concurso de sus hermanos. Alfonso III abdicó, aunque al parecer conservó el título real, y murió en Zamora, al parecer tras emprender una última incursión en territorio musulmán.

Fruela II de León (c. 875925)

Hijo de Alfonso III el Magno y de Jimena de Navarra. Heredó el reino de Asturias a la muerte de su padre en 910, y accedió al trono leonés en 924, a la muerte de su hermano Ordoño II, desplazando del poder a los hijos de éste.

Fruela II se titula ya rey de León y muere hacia el verano de 925 habiendo perdido el importante apoyo navarro al enviudar de Munia Jimena, hija de Sancho Garcés I y volverse a casar con Urraca (de los Banu Qasi de Tudela).

Se sucede entonces un período de intrigas y disputa de derechos sucesorios: se proclamaría primero rey su hijo Alfonso Froilaz, pero pronto sería desplazado por los hijos de Ordoño II.