BOSQUE DE ROBLES EN MUNIELLOS

 


La vegetación en Asturies Occidental depende de tres factores fundamentales, el suelo, el clima lluvioso y la acción antrópica.
El suelo depende decisivamente de una topografía en cuesta casi constante, lo que empobrece mucho los suelos. A pesar de esta circunstancia no son frecuentes las laderas abancaladas.
El clima astur, lluvioso y templado, es muy bueno para el desarrollo de las especies típicas del bosque caducifolio. No obstante, la vegetación está intensamente transformada por la acción antrópica, una transformación que se remonta a la Prehistoria pero que ha sido más intensa en el siglo XX.
Las montañas presentan un bosque claro, que ha tenido mucho aprovechamiento para pasto. La costa ha sufrido el impacto de las especies de repoblación de crecimiento rápido y aprovechamiento económico: el pino y el eucalipto. Estas especies introducidas ocupan las laderas de las montañas más próximas a la costa. En realidad, prácticamente la totalidad de la zona litoral está transformada y el bosque autóctono se reduce a las más altas montañas.
La especie dominante del bosque astur es el roble, roble carvallo, aunque en las zonas calizas, tanto las costeras como las montañosas, aparece la encina gracias a la sequedad relativa del ambiente. Forman el bosque del piso basal especies como el roble carvallo, la encina, el castaño y el fresno. Por encima, en el piso montano, aparece el haya, aunque en amplias zonas está mezclada con el roble rebollo, y en las zonas calizas aparece el abedul. En el piso subalpino aparece el abedul, pero predomina el matorral: el tejo, que puede formar amplios bosques, el brezo en las zonas más secas, los piornos y las escobas, las jaras y los enebros en las zonas más elevadas. En el piso alpino aparece la pradera.